jueves, 10 de diciembre de 2009

TABERNÁCULO

Hebreos 10 explicación del pacto de la ley

1 La ley es sólo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades. Por eso nunca puede, mediante los mismos sacrificios que se ofrecen sin cesar año tras año, hacer perfectos a los que adoran.

2 De otra manera, ¿no habrían dejado ya de hacerse sacrificios? Pues los que rinden culto, purificados de una vez por todas, ya no se habrían sentido culpables de pecado.

3 Pero esos sacrificios son un recordatorio anual de los pecados,

4 ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.

5 Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo: "A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas; en su lugar, me preparaste un cuerpo;

6 holocaustos y expiaciones no fueron de tu agrado.

7 Por eso dije: Aquí me tienes', como está escrito de mí en el libro: 'He venido, oh Dios, a hacer tu voluntad.' "

8 Primero dijo: "Sacrificios y ofrendas, holocaustos y expiaciones no te complacen ni fueron de tu agrado" (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran).

9 Luego añadió: "Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad." Así quitó lo primero para establecer lo segundo.

10 Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.

11 Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.

12 Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios,

13 en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

14 Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.

15 También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice:

16 "Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente."

17 Después añade: "Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades."

18 Y cuando éstos han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado.

19 Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo,

20 por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo;

21 y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios.

22 Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura.

23 Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.

24 Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.

25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

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