jueves, 10 de diciembre de 2009

SINTONIZAR O DESCONECTAR

Sintonizar es complementar los sentidos para unir, conectar y trasmitir las conciencias.

Hoy vemos por desgracia a personas moribundas desconectados casi totalmente de la sociedad, y de sus propias familias. Tal vez pensemos que debido a sus problemas mentales o actitudes individualistas es mejor no complicarnos nuestra vida, ni la de nuestros familiares. Y que para evitar problemas lo mejor es desconectar los vínculos de unión con estas gentes formando esta marginalidad. Y tal vez nos parezca justificado.

En cuanto a los marginados no hablo en ningún sentido de culpa por que son las víctimas. Pero nosotros sus allegados, sin los medios y conocimientos apropiados también lo somos.

¿Se puede hacer algo por estas personas? Es más ¿Se puede evitar o prevenir el problema? Si todos los que viven desconectados no alcanzan la oportunidad de ser recuperados en familias. Y si consentimos esta marginalidad socialmente. ¿Qué podemos esperar?

Es como si ya nos hubiésemos rendido, y no creyésemos que la voluntad colectiva hacia esta gran prioridad, les puede rescatar de tanta soledad miseria y desgracia. Verdaderamente ¿quién esta libre de las malas circunstancias?

En esta sociedad nos componemos en tres grupos. Los que llevan delantera en responsabilidad y gobiernan, administrando y disponiendo el progreso de todos.

Los que trabajamos orientados por estas personas mas capacitadas, instruidas y mandadas por ellas.

Y las personas mas limitadas a las cuales todos debemos apoyar, para que se desenvuelvan en su utilidad, todo lo mejor que puedan, en las limitaciones que tengan. Es decir debemos exigirnos mas para darles espacio y alternativa en esta sociedad aplastadora y competitiva, para los mas limitados.

El caso es que todos somos útiles, con más o menos capacidad o limitaciones y esto nos obliga a no desconectar a nadie.

En nuestra vida social hemos vivido muchos cambios y en todos había integración incluso medios sociales más apropiados para los mas limitados.

No es nuestra manera de vivir social actual, la más sagrada, porque desconecta Naciones enteras y margina incluso a generaciones. Y vivimos divididos entre clases altas, medias y bajas, y no avanzamos mucho en este aspecto.

Pero podemos consolarnos pensando que Dios no nos desconecto. Si no que trata de sintonizar con nosotros y solucionar nuestros problemas.

Problemas que él ya cura cuando estuvo en la tierra; devolviendo a sus familiares a los más endemoniados.

Si la voluntad de Dios es ayudarnos en esto podemos confiar seguros que tendremos éxito en conectarnos a la vida con todos los seres humanos.

No digo a los asesinos voluntarios que solamente creen en la eliminación de sus semejantes para imponer su voluntad. Todos podemos formar una vida social autonómica que sea autosuficiente a las necesidades pero sin exigencias de competitividad ni imposiciones.

Con la única prioridad de anular y filtrar todo lo que es perjudicial para la libertad y la estabilidad mental física y emocional de los demás. Y poder vivir sin las presiones que desestabilizan y desequilibran a las personas.

Tal vez, en este entorno de vida en común, podamos tener cubiertas las necesidades básicas y progresar sirviendo de antídoto a la sociedad, para no provocar más enfermos mentales, de los que nos justifiquemos luego anulándolos y desconectándolos de nuestras vidas egoístas, por los deseos competitivos y exigencias por un nivel de vida superior a los demás.

Sin culpar a nadie, porque es mejor ayudar con los medios apropiados, que obligar a vivir en un entorno de valores inalcanzables, para los que están solos, y tienen mas limitaciones que nosotros.

Hay pobres emigrantes arrancados del entorno familiar, y para quitar las pajas de los ojos ajenos es prescindible que quitemos nuestra viga de deseos y caprichos, egoístas y vanos. Para que ellos tengan su espacio y puedan formar lugares apropiados para ellos con sus familiares o en convivencia.

Desconectarse es el primero y el más grande error del ser humano, Adán y Eva se desconectaron de Dios su creador.

SINTONIZAR es ver claro para entender, conocer y trasmitir las conciencias. Para esta comunicación, es básico saber porque, cómo, y donde vivir, aprendiendo los unos de los otros.

Todos los órganos familiares e institucionales políticos y religiosos deben sintonizar con el exterior y el interior, para establecer la unión según la capacidad, y a ser posible rendir un buen servicio de utilidad y reconciliación.

Es como un periodismo positivo que causa su efecto.

Todos deben sintonizar en especial los religiosos por medio de sus ancianos, y delegados familiares. Por el bien y el interés del entorno social en que debemos servir con Dios. Y si no cumplimos esta responsabilidad de crear la óptima alternativa social unidos. Es que no hacemos ningún servicio Sagrado, no servimos al propósito de Dios y somos inútiles. Porque no buscamos las promesas ni las bendiciones para todos, sino que deseamos las ofrendas de nuestros iguales.

Por que si vivimos conformes a una vida social que desconecta a sus miembros, sin crear la alternativa ni la prevención, estamos desparramando.

Jesús dijo; el que no recoge conmigo desparrama.

Viviendo así somos como un órgano podrido, creyendo que la enfermedad es un privilegio porque mantiene sus diferencias. El que se cree sano, no tiene necesidad de médico. ¿Quién es el que esta sana?

Todo órgano, equipo e institución son para influir el espíritu de superación y de salud, promoviendo el respeto, entusiasmo, admiración y el juicio en avanzar para bien.

Un ejemplo es el de los equipos de fútbol. Sus sistemas son porteros, defensa, presión, contraataque, media de organización y ataque.

Un sistema contrarresta más eficazmente al otro, y el éxito esta en la capacidad de adaptación, y en el cambio más rápido según la situación del rumbo que se requiere en cada momento.

Es un deporte para admirar ya que todos trabajan como una sola pieza de un equipo, y provoca admiración y escuela al equipo contrario. Sin embargo debido a las descalificaciones promovidas por intereses partidistas promueven el fanatismo, la rivalidad y el odio. Y así degeneran un deporte que tiene el fin de promover a las gentes en una vida de superación física mental y social. Y se convierte en un deporte para la ira.

La unidad es contemplar las carencias y necesidades, para complementar un cuerpo más perfecto como enseño Gandi el amor para las vías de la paz es la guerra consigo mismo, el que gana esta guerra gana la paz la interior y la exterior.

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