domingo, 13 de diciembre de 2009

AJEDREZ

Las personas somos como piezas de un ajedrez. La mayoría empezamos como peones, y podemos terminar siendo útiles para nuestros miembros familiares y a nuestros semejantes, ajenos a nuestro entorno.

Pero Satanás nos da jaque con sus piezas y nos provocan para enfrentarnos abiertamente a su propia destrucción. A él no le interesa que nosotros progresemos y maduremos para que no conozcamos la voluntad de nuestro Gran Padre Celestial para nosotros. Pero si conseguimos llegar al final del tablero de nuestras vidas Dios nos concederá convertirnos en Reyes y Sacerdotes para la humanidad. Así como nosotros queremos para nuestros hijos que lleguen a su madurez y progresen. Así es nuestro Padre Celestial.

Por lo contrario él utiliza las desgracias de las personas para dominarnos y provocarnos. Si nos dejamos llevar por su provocación nos estrellara contra sus peones drogadictos asesinos borrachos y toda forma de ser inicua que él domina y que puede conducirlos en dirección contraria, contra nosotros para matarnos. Y así siembra el odio y la venganza en nuestro entorno y familias. Y por un peón que él sacrifica, recogerá a muchos. Para el perder o cambiar cualquier pieza de los suyos por un peón de nosotros es ganar.

La provocación de los inicuos son los movimientos de Satanás.

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