viernes, 11 de diciembre de 2009

ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

La fuerza de una Nación esta en su constitución.

La desintegración ataca las bases fundamentales de la constitución y respeto por sus propios derechos.

El derecho es un privilegio de la libertad. Pero cuando este privilegio se impone se excluye sé derecho.

Ejemplo el propósito de ayuno, es un derecho a fraternizarse con los que pasan hambre. Siempre que se les hagan llegar estos alimentos, por motivos al derecho de igualdad en esta necesidad más básica.

Pero si a los pobres no les quitas su hambre, y no hacen el ayuno por voluntad propia, sino que también se les impone el ayuno. Deja de ser un derecho para ellos, para convertirse en una imposición.

Otro ejemplo desde otra perspectiva es el derecho del amor. No se debe imponer a los demás. Se gana por el conocimiento y la consideración hacia los demás, con un mismo propósito de la igualdad a vivir en libertad. Ayudando y respetando hasta que la madurez de la vida nos congenie en las mismas leyes que nos dan los derechos de las libertades.

América esta siendo juzgada y castigada. La hipocresía de sus gobernantes va en función de intereses propios y egoístas. Y esto lo pagan sus inocentes conciudadanos.

Todas las potencias determinantes hacen abusos. Pero la decadencia de ellas esta en su propio comportamiento con la vicisitud de sus propia leyes.

Desde la determinación a la manipulación. Las leyes eternas de Dios creador, van en pos de la maldad que exige su castigo. América está sufriendo el poder de su incredulidad y maldad de acciones inicuas contra la propia naturaleza y sus semejantes.

Desde el descubrimiento de América. A su independencia y constitución de los Estados unidos de América, debían tener un verdadero propósito para Dios.

¡HAYES! Por la unidad de América, la que constituyeron los padres de la Nación.

George Washington (1732-1799), comandante en jefe del Ejército Continental durante la guerra de la Independencia estadounidense y más tarde primer presidente de Estados Unidos.

John Adams (1735-1826), segundo presidente (1797-1801) y primer vicepresidente (1789-1797) de Estados Unidos y el dirigente del movimiento independentista. Su presidencia estuvo marcada por la rivalidad con el dirigente federalista Alexander Hamilton, la controversia sobre las medidas adoptadas por el gobierno para frenar la oposición política y la crisis de las relaciones entre Estados Unidos y Francia.

Thomas Jefferson introdujo en la Declaración de Independencia estadounidense muchas de las ideas que surgieron durante el Siglo de las Luces, sobre todo aquellas que concernían a los derechos individuales. Su pensamiento también influyó en los redactores de la Constitución de Estados Unidos y la Carta de Derechos. Jefferson creía que el éxito de la democracia dependía de las decisiones razonadas de los votantes. Cuando Jefferson se convirtió en el tercer presidente de Estados Unidos, en 1801, implantó muchas de sus ideas relacionadas con el gobierno y la política.

James Madison (1751-1836), cuarto presidente de Estados Unidos (1809-1817), tuvo gran importancia en la redacción de la Constitución como miembro de la Convención Constitucional. Madison fue uno de los fundadores del Partido Republicano en la década de 1790 (más tarde llamado Partido Demócrata Republicano) y ocupó el cargo de secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores) bajo la presidencia de Thomas Jefferson.

Abraham Lincoln, el 16º presidente de Estados Unidos, procuró evitar la disgregación de la Unión durante la Guerra Civil estadounidense y abolió la esclavitud. Recordado por su honestidad, compasión y fortaleza de espíritu, es uno de los presidentes más respetados de Estados Unidos.

¿Porque desear para otras naciones lo que no se obedece en casa propia?.

Búsquese explicación entre las leyes de la propia naturaleza: Y la relación que tiene las bestias del Apocalipsis que representan el Poderoso estado de América. Con los Ángeles que sujetaban los 4 vientos.

16 Las copas de la ira

1 Oí una voz que desde el templo decía a gritos a los siete ángeles: "¡Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del furor de Dios!"

2 El primer ángel fue y derramó su copa sobre la tierra, y a toda la gente que tenía la marca de la bestia y que adoraba su imagen le salió una llaga maligna y repugnante.

3 El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y el mar se convirtió en sangre como de gente masacrada, y murió todo ser viviente que había en el mar.

4 El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y los manantiales, y éstos se convirtieron en sangre.

5 Oí que el ángel de las aguas decía: "Justo eres tú, el Santo, que eres y que eras, porque juzgas así:

6 ellos derramaron la sangre de santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre, como se lo merecen.

7 Oí también que el altar respondía: "Así es, Señor, Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son tus juicios."

8 El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual se le permitió quemar con fuego a la gente.

9 Todos sufrieron terribles quemaduras, pero ni así se arrepintieron; en vez de darle gloria a Dios, que tiene poder sobre esas plagas, maldijeron su nombre.

10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y el reino de la bestia quedó sumido en la oscuridad. La gente se mordía la lengua de dolor

11 y, por causa de sus padecimientos y de sus llagas, maldecían al Dios del cielo, pero no se arrepintieron de sus malas obras.

12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates, y se secaron sus aguas para abrir paso a los reyes del oriente.

13 Y vi. Salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta tres espíritus malignos que parecían ranas.

14 Son espíritus de demonios que hacen señales milagrosas y que salen a reunir a los reyes del mundo entero para la batalla del gran día del Dios Todopoderoso.

15 "¡Cuidado! ¡Vengo como un ladrón! Dichoso el que se mantenga despierto, con su ropa a la mano, no sea que ande desnudo y sufra vergüenza por su desnudez.

16 Entonces los espíritus de los demonios reunieron a los reyes en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.

17 El séptimo ángel derramó su copa en el aire, y desde el trono del templo salió un vozarrón que decía: "¡Se acabó!"

18 Y hubo relámpagos, estruendos, truenos y un violento terremoto. Nunca, desde que el género humano existe en la tierra, se había sentido un terremoto tan grande y violento.

19 La gran ciudad se partió en tres, y las ciudades de las naciones se desplomaron. Dios se acordó de la gran Babilonia y le dio a beber de la copa llena del vino del furor de su castigo.

20 Entonces huyeron todas las islas y desaparecieron las montañas.

21 Del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, de casi cuarenta kilos cada uno. Y maldecían a Dios por esa terrible plaga.

La 1ª bestia es la Religión falsa, representada por el dragón es la organización e instrumento de Satanás.

La 2ª bestia salvaje semejante a un leopardo con siete cabezas y diez cuernos. Con las zarpas de un oso, y su boca como la de un león. Es la Unión Europea y las Naciones Unidas.

La 3ª bestia salvaje que tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como dragón.

Apocalipsis 12 Ejercía toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hacía que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sido sanada. Son los Estados Unidos de América.

SE IDENTIFICA AL DRAGON Y A LAS DOS BESTIAS SALVAJES

Apocalipsis 12 La mujer y el dragón

1 Apareció en el cielo una señal maravillosa: una mujer revestida del sol, con la luna debajo de sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza.

2 Estaba encinta y gritaba por los dolores y angustias del parto.

3 Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada cabeza.

4 Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera.

5 Ella dio a luz un hijo varón que gobernará a todas las naciones con puño de hierro. Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios que está en su trono.

6 Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.

7 Se desató entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron al dragón; éste y sus ángeles, a su vez, les hicieron frente,

8 pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo.

9 Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra.

10 Luego oí en el cielo un gran clamor: "Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.

11 Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte.

12 Por eso, ¡alégrense, cielos, y ustedes que los habitan! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo, lleno de furor, ha descendido a ustedes, porque sabe que le queda poco tiempo.

13 Cuando el dragón se vio arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al varón.

14 Pero a la mujer se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, al lugar donde sería sustentada durante un tiempo y tiempos y medio tiempo, lejos de la vista de la serpiente.

15 La serpiente, persiguiendo a la mujer, arrojó por sus fauces agua como un río, para que la corriente la arrastrara.

16 Pero la tierra ayudó a la mujer: abrió la boca y se tragó el río que el dragón había arrojado por sus fauces.

17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus descendientes, los cuales obedecen los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús.

Apocalipsis 13 Las dos bestias

1 Y el dragón se plantó a la orilla del mar. Entonces vi que del mar subía una bestia, la cual tenía diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una diadema, y en cada cabeza un nombre blasfemo contra Dios.

2 La bestia parecía un leopardo, pero tenía patas como de oso y fauces como de león. El dragón le confirió a la bestia su poder, su trono y gran autoridad.

3 Una de las cabezas de la bestia parecía haber sufrido una herida mortal, pero esa herida ya había sido sanada. El mundo entero, fascinado, iba tras la bestia

4 y adoraba al dragón porque había dado su autoridad a la bestia. También adoraban a la bestia y decían: "¿Quién como la bestia? ¿Quién puede combatirla?"

5 A la bestia se le permitió hablar con arrogancia y proferir blasfemias contra Dios, y se le confirió autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses.

6 Abrió la boca para blasfemar contra Dios, para maldecir su nombre y su morada y a los que viven en el cielo.

7 También se le permitió hacer la guerra a los santos y vencerlos, y se le dio autoridad sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.

8 A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida, el libro del Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.

9 El que tenga oídos, que oiga.

10 El que deba ser llevado cautivo, a la cautividad irá. El que deba morir a espada, a filo de espada morirá. Santos!

11 Después vi que de la tierra subía otra bestia. Tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como dragón.

12 Ejercía toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hacía que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sido sanada.

13 También hacía grandes señales milagrosas, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos.

14 Con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra. Les ordenó que hicieran una imagen en honor de la bestia que, después de ser herida a espada, revivió.

15 Se le permitió infundir vida a la imagen de la primera bestia, para que hablara y mandara matar a quienes no adoraran la imagen.

16 Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente,

17 de modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre.

18 En esto consiste la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.

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