jueves, 10 de diciembre de 2009

SOCIEDAD

Las sociedades mas frecuentes, son las cosechas de personas.

Y cuanto tenemos esta en las manos de ellas.

Si estos frutos están verdes y podridos, pudren a los demás.

Si tenemos la cosecha venidera próxima, debemos ocuparnos prioritaria mente de ella.

Si no se mezclan no se pudrirá. Y podremos encabezarnos socialmente hacia un civismo digno. Pero debemos educarnos y reeducar a todos los enseñables para adquirir una buena conciencia, y protegerlos, de las malas influencias y circunstancias desfavorables.

Porque somos imperfectos, Dios nos quiere dar la conciencia, para que cada persona pueda comprobar por sí mismo el bien y el mal. Así no podemos justificarnos, ni culpar a otros y haremos la ley de la justicia.

SANTIAGO 1:13

13 Que nadie, al ser tentado, diga: "Es Dios quien me tienta." Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie.

14 Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen.

15 Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.

16 Mis queridos hermanos, no se engañen.

17 Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.

18 Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.

Hacedores de la palabra

19 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse;

20 pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.

21 Por esto, despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida.

22 No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.

23 El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo

24 y, después de mirarse, se va y se olvida enseguida de cómo es.

25 Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.

26 Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.

27 La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo.

SANTIAGO 3-4:10

La lengua

1 Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad.

2 Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo.

3 Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, podemos controlar todo el animal.

4 Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto.

5 Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa!

6 También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.

7 El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas;

8 pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.

9 Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldice a las personas, creadas a imagen de Dios.

10 De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

11 ¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?*

12 Hermanos míos, ¿acaso puede dar aceitunas una higuera o higos una vid? Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.

La sabiduría de lo alto

13 ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría.

14 Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el corazón, dejen de presumir y de faltar a la verdad.

15 Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica.

16 Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.

17 En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.

18 En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz.

4 La amistad con el mundo

1 ¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?

2 Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden.

3 Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

4 ¡OH gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios.

5 ¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros?

6 Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: "Dios resiste a los orgullosos, pero da gracia a los humildes."

7 Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.

8 Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!

9 Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza.

10 Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.

4:17 Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace.

5 Contra los ricos opresores

1 Ahora escuchen, ustedes los ricos: ¡lloren a gritos por las calamidades que se les vienen encima!

2 Se ha podrido su riqueza, y sus ropas están comidas por la polilla.

3 Se han oxidado su oro y su plata. Ese óxido dará testimonio contra ustedes y consumirá como fuego sus cuerpos. Han amontonado riquezas, ¡y eso qué está en los últimos tiempos!

4 Oigan cómo clama contra ustedes el salario no pagado a los obreros que les trabajaron sus campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor Todopoderoso.

5 Ustedes han llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que han hecho es engordar para el día de la matanza.

6 Han condenado y matado al justo sin que él les ofreciera resistencia.

Sed pacientes y orad

7 Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia.

8 Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.

9 No se quejen unos de otros, hermanos, para que no sean juzgados. ¡El juez ya está a la puerta!

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