Toda influencia social genera circunstancias que nos llevan a pensar y comportarnos diferentes. La religión, la política, la comunicación y los medios de esta, el entorno, la educación que le da personalidad a nuestras conciencias, el estudio y la meditación, etc.
La enfermedad del alcohol y las drogas que la sociedad legaliza a medida de los ingresos económicos que genera. Se contrarrestan con las terapias y psicoanálisis que fortalecen las defensas de nuestras debilidades mentales que nos conducen, debido a nuestra falta de entendimiento.
Por esto todo debe ser sometido a análisis, en la más saludable autocrítica, cosa que más tarde se hace totalmente necesaria. Y que Dios quiera que no sea demasiado tarde para las mayorías de personas que se convierten en víctimas.
Buscando hacer todo lo contrario de lo malo, hallaremos lo bueno.
La evolución del mal, es el regreso del bien.
La lucha contra el mal nos enseña. La lucha contra el bien nos vuelve necios.
Empleemos todos los medios a nuestro alcance para restaurar nuestras condiciones de vida, y formaremos parte de un mundo saludable que nos ayude a madurar y prosperar.
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